Humano es dejarse llevar por el hedonismo, pero todos los días tenemos ejemplos de que está lejos de llevarnos por el camino de la felicidad. Nos arrastran los estímulos consumistas y no le damos tiempo a la reflexión que fomenta el discernimiento y la posibilidad de sintonizar con lo que realmente importa en la vida: la familia, no me canso, la familia, amistad, solidaridad, trabajo, sin olvidar lo estupendos que somos, ¿verdad mi niña? Tú y yo, ay. Lo más de lo más.
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