Es doloroso reconocer como miseria extrema el fracaso de la financiación de los partidos políticos. Pisoteados los valores sociales, la demostración inequívoca de la decadencia moral en la política sale del agujero. Los partidos políticos son uno, pero solo uno de todos se compara a Cáritas y Cruz Roja si hablamos de pagar impuestos. El PP reconoce que el dinero recibido por donaciones era negro, dinero opaco a Hacienda, pero se benefició toda la sociedad al gastarlo en discursos de relevancia política. Fines sociales. Los técnicos de Hacienda afirman que las donaciones a los partidos políticos deben tributar, y el ministro Montoro que las donaciones al PP no pagan impuestos porque el PP es una ONG como lo es Cáritas y Cruz Roja. El asunto es ese.
En el país donde la cultura paga el 21% de IVA y la pornografía el 4% nos enteramos que el dinero negro de las donaciones no paga impuestos. Maloliente el olor que exhala el civismo del PP al patrocinar la incapacidad intelectual de la ciudadanía.
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