jueves, 26 de marzo de 2015

Autodestrucción.

Hoy hace un día genial. Al fin parece que ha llegado la primavera. Ya se aprecia el cambio en Les Seniaes. Solo falta que el Sol seque el terreno y el azahar vuelva a perfumar el ambiente. Y de nuevo Les Seniaes serán el Paraíso donde todo comenzó.

Ayer vino a pasar el día Kristel, así que me llenó de alegría el corazón. Y sin embargo, hoy no me salen nada más que palabras de desconsuelo. Siento que el propio humano ser se ha excluido de este mundo. Vulnerable, no comprende que mientras no conjugue el amor, la santa poesía y respeto con el medio ambiente; mientras no aprenda a cohabitar y coexistir; mientras destruya en vez de construir no tendrá futuro. El odio asoma por las esquinas, el maligno gobierna el mundo. La incertidumbre, la desesperanza, el desamor... El humano ser busca desesperadamente la armonía y encuentra mala correspondencia.

Es el medio ambiente y son las guerras: es la falta de entendimiento. La realidad que construimos desprecia la vida y considera enemigo todo aquello que tiene luz propia. No podemos permanecer parados, inamovibles, ante este espíritu de no reconocerse como humanos en sus atributos: conocimiento reflexivo del bien y el mal. Insoportable realidad con su afán autodestructiva. Si las religiones tienen un Dios creador de vida y paz no se entiende que se destruya la vida y se incite a la guerra. Si no somos capaces de responder con respeto y solidaridad; si no reaccionamos a los derechos humanos, el medio ambiente; si no desactivamos el odio y la venganza estaremos sembrando el sufrimiento y el dolor en la Tierra. Debemos colocar las propias necesidades como seres humanos en el centro de nuestros objetivos si en realidad queremos sobrevivir.

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