Los lunes son día de mercado en el pueblo. Y por casualidad, aunque creo bien poco en las casualidades, me encontré con una amiga de antes y tomamos café. A pesar de los años apenas ha cambiado: era y es hermosa. Su mirada y su risa y sus piernas, ay. Me vuelve loco. Me habla de política que es apasionante y de un partido que la tienta (primero la tenté yo y nada): no sabe qué hacer.
-¿Qué me dices?
-¿Te refieres a la primera o la segunda tentación?
-¿Qué segunda?
-Uy, no sé en qué estaba pensando... Si se dan las circunstancias, hablo de dinero, porque la política sin dinero no es política, di sí. A mí porque nadie me lo propone...
-Me acabas de convencer. Diré sí.
-¿A las dos propuestas?
-¿De qué otra propuesta hablas?
-¿No recuerdas?
-¿Qué tengo que recordar?
-Nada, cosas mías... Pero di sí. Olvidas con facilidad, tienes futuro en la política. Di sí.
-Que sepas que digo sí por ti...
-¡Hay que joderse!.
Lo bueno de ser tú es que siempre tienes amigas de quienes hablar. Tentadoras o no, siempre están. Suertudo.
ResponderEliminarSi hubieses escrito este post un poco más tempranito, dentro de mis desvaríos normales hubiera encontrado el "hoy es lunes" que buscaba y que me hizo -atada a las circunstancias- escribir un post hallado entre mis dedos dormidos y al que en un exceso de sueño postergado aún no firmo.
ResponderEliminarTal vez más al rato lo haga. Mucho me temo que los quehaceres olvidados de ama de casa me atraparán entre mechudos y aromas de limpieza.
Un placer pasar siempre por aquí de soslayo.