Me persigue el tiempo.
Me persigue la adversidad.
Me persigue la rutina y crea en mí el hastío.
Por más que intento que los días pasen de la rutina no lo consigo.
Solo rutina.
Los jirones de tu piel son un tormento y me acogen en el sinsentido de la frustración.
Me aconsejan tenacidad para quebrar los obstáculos y mantener el sigilo en el espacio que tengo abierto para ti en mi mente.
No evoluciono ni avanzo.
Principio y fin: Solo pienso en ti.
Visito permanentemente los lugares que araño al recuerdo donde sigues invariablemente arruinando mi vida...
El ensueño me empuja al abismo de la desesperación y la tormenta capaz de hacer de mí la impaciencia que culmina en una espiral de ira. El ensueño donde solo apareces tú como posible.
Que bonito esto.
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