sábado, 7 de junio de 2014

Tu dávida: Tú misma.

A pesar de los avances tecnológicos y la fe temerosa de la verdad, hay gente que no acepta que el amor con el tiempo cambia, muere, o se adapta a las circunstancias.

No hablo por mí, eso tiene que quedar claro, pues yo evoluciono como Darwin dejó escrito según las exigencias del guión. Me explico. Pasan los años, y las arrugas, y el pelo cano, y el careto en general... Darwin para mí. Hoy soy Brat Pitt como antes fui Robert Redford. En ese plan. Y me invento cada día con tu nombre.

Tu nombre que mi verso estampó.
Tu mirada que en mi alma caló.
Tu boca y tus labios promisión.
Tu amor, mi paz, mi bendición.
Tu dávida: Tú misma.

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