lunes, 16 de junio de 2014

Que el tiempo hable.

Según me cuentan, detrás de unas rayas paralelas de colores hay una esperanza y un sueño. La cosa no está clara, pero el gallinero está revuelto y de qué manera en mi casa y en la de enfrente. El asunto es ése. Un diagnóstico casi infalible. Hay quien recomienda esperar por una segunda opinión, y la mayoría que las cosas importantes no se pueden ocultar si son alegrías para el cuerpo. 

Todo empezó ayer al medio día, y traerá cola, porque el asunto no tiene una salida fácil: las cosas de palacio van despacio. Yo no me quiero meter, pero es música celestial para mis oídos y una increíble sorpresa.

En casos de inexperiencias e inocentes razonamientos como este, los que saben recomiendan esperar. Yo haré lo que me digan y daré gracias a Dios por darme un motivo más para ser feliz. Y hasta aquí puedo contar.

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