Me gustaría escribir un buen relato sin destrozar el lenguaje. -Sintaxis: parte de la gramática que enseña a coordinar y unir las palabras para formar las oraciones y expresar conceptos-. No puedo con ella.
Sería la forma menos desagradable para mí de representar una acción dramática... Si lo consiguiera estoy seguro que sería a fuerza de acercarme a la barra de un bar y pagar, como cuando aprendí a jugar al truc. Sin embargo, creer que lo conseguiré es verdaderamente bello, inclusive cuando ofendo mi supuesta inteligencia al escribir cualquier estupidez como las que costumbro escribir. Mi mente absurda culpable.
En cualquier caso, he aprendido que en la literatura todo es bueno especialmente lo malo, y que todo está bien dentro de lo que está mal. Sostendré esta opinión con la mayor tenacidad hasta que pueda acostumbrarme a una suerte distinta dentro de mi propia ignorancia.
Cuando escribo, suelo releer después con tranquilidad para localizar alguna tropelía notablemente miserable y para darle el visto bueno le hago una mueca a la pantalla del ordenador simulando su complicidad con una sonrisa. Es fe ciega la que siento en mí al escribir, lo malo que no percibo la luz de la refutación. Sé que soy enfermo intelectualmente y que esta patología no se abandona a ningún tratamiento salvo a la muerte, según me cuentan.
Lo digo en serio, en vista que soy incapaz de escribir un buen relato sin destrozar el lengueja, me gustaría que me adoptara un padre literario y que su inteligencia fuera hereditaria, o al menos contagiosa. Solo por escribir.
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