lunes, 23 de junio de 2014

¡Claro que hablo de mi niña!.

Esta tarde solo estaré para ti, mi niña, la niña de mis ojos. Cristel o Kristel, que me dices te gusta más.

Una semilla cae al suelo y habita en el subsuelo; pareciera que está muerta, pero solo está durmiendo, germinando. Y un día, como por casualidad, aparece con un mensaje de vida reconquistado un corazón malherido, a la vez que puño en alto enseñando sus firmes raíces: Es la flor más resistente y hermosa del jardín.

A veces, cuando uno cree que todo está perdido, aparece del subsuelo la flor más hemosa vestida de esperanza alejandonos del miedo y respaldando nuestras decisiones. No es por casualidad, siempre estuvo ahí. Pero ahora aparece como una mutación heroica para salvar una situación de vida que bien pudiera llegar a ser insostenible. Descomunal heroicidad, mi niña. Un milagro para creer.

Un hombre, en los años altos, frágil, camina a ciegas donde el amor lo lleva y un día se convierte en rama de una semilla que en otro tiempo fue semilla de su Ser... Una vida lleva a otra.

Nunca olvidaré el comportamiento que has tenido, no quiero dar más pistas, ya me entiendes. Mañana sigo, mi niña, pero aviso, no serán besos ni será por las buenas. Serán emociones que hablan de una verdad camuflada en el rincón del alma que tengo en exclusiva habilitado para ti.

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