Acabo de verme reflejado en un artículo que leí en una revista gastronómica. Como lo cuento: A veces como mucho y otras nada. Si como mucho me entra el sueño. Y si no como también. Pero en ningún caso duermo.
Cuando como mucho se dispara la insulina que provoca baja glucemia, lo que a su vez reduce la capacidad mental, el comprender las cosas que se nutre de glucosa, y es cuando me siento torpe de entendederas, básicamente estúpido. Y urgentemente tengo que comer algo dulce.
Y cuando no como siento los mismos síntomas que cuando como que achaco -eso lo digo yo porque la revista solo le da importancia a la comida-, a la edad. O que es más sano además de barato.
Sé que esto de comer mucho y nada es malo para el organismo, y ayer fue uno de esos días: me pone inconvenientes para ir tirando. Por la mañana con Patricia por Les Seniaes me dio un soponcio y con el no dormir de hoy estoy para el arrastre... Administraré mi alimentación como el dinero que a veces no llega y otras tampoco. Soy un caso mal avenido con mi cuerpo. Pero he de cambiar. Moderación, eso es.
¿Y si no lo puedo evitar? Esa es otra... Va en serio. ¿Y si no lo puedo evitar? Repito.
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