martes, 24 de junio de 2014

Mi esperanza está en ti.

Esta noche salté las siete olas y tiré mis miserias al mar; como las llevo anotando una eternidad no dejé ninguna. Supongo. Los años dan al menos experiencia. Pero ahora, pensando me doy cuenta que no le pedí a la María salud para todos y todas, y trabajo, y que se vaya Rajoy. ¡Joder, dona!, estaba impaciente por deshacerme de tanta miseria que dejé para otro momento las peticiones (a la carta) según llegaban las olas. Arreglado: esta noche tendré un aparte con la María y hablaremos de todo un poco. Por cierto, y esto tiene que ver con los milagros, me cuentan que es posible que me vengas a visitar algún día. Si por elegir fuera, me quedaría con la María, pero reconozco que Dios es más milagroso... De creer en Dios, y en la vida eterna, y en la salvación del alma, y en la prosperidad, y en la paz en el mundo, responsabilidad de Dios, ojo, porque el humano ser anda con sus asuntos inaplazables jodiéndolo todo. De creer en Dios hablo, y de ser normales.

¿Necesitaríamos de Dios Todopoderoso si fuéramos normales? Igual no. Pues hace bien en pasar de nosotros. Si acaso solo para la salud... ¿qué? No sabe no contesta.

“Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti”. SAL.39.7. El Señor es mi esperanza: hágase su voluntad. Amén.

2 comentarios:

  1. ... y encomendarnos al Señor. Es el futuro que nos espera. Y todo gracias a Rajoy. muchas gracias.

    Salud.

    ResponderEliminar