jueves, 5 de junio de 2014

Dime con quién andas y te diré quien eres.

Que nadie me lo discuta: vivir es difícil a pesar de los pesares, de los años vividos y la experiencia acumulada. Pero está escrito: "Dime con quién andas y te diré quién eres". Aquí la sabiduría popular lo ha clavado.

Cuando vivir es tan difícil, y sin embargo, teniéndolo todo a favor (-sí, claro, todo... -María, la Magdalena, no lo tuvo a favor y nunca perdió la esperanza) decidimos tirar la casa por la ventana y aquí paz y después gloria... Por cierto, tuve una vecina que se llamaba Gloria, pero ni punto de comparación... Ella era desprendida y cariñosa: una gran mujer.

Hay quien decide crear un guión para un libro de misterio... Un libro yo le compraría, pero de autoayuda y que se dejara de aguijonear a quien hace daño y por bendita no se entera. ¡Hay que joderse, dona, su vida es un verdadero fracaso y lo tiene que ser toda su colindancia!. Para qué las enemigas teniendo amigas así... Cada cual en su casa y Dios en la de todos.

Jugando al más fuerte, héroe de pacotilla, quiere ganar la partida: sueña despierta, el amor todo lo puede, y no me cave la menor duda que al final triunfará ese amor... Ahora recuerdo a una amiga ida que decía: "No te metas en asuntos de ajenos que saldrás perdiendo". Qué razón tenía, el caso es que, mientras tanto y llega el día... ¡Joder, dona, con esta lección de vida que Dios nos tenía reservada no habíamos contado: excede a mi capacidad de comprensión. Y fuerza para asumirla.

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