lunes, 18 de febrero de 2013

Estado de crueldad

Si los ciudadanos de este país queremos vivir en relativa paz y democracia, relativa paz pero mucho menos democracia; si queremos mantener la corrupción alejada del erario, enterrada en el cementerio, y al funesto y aterrador fantasma del paro lejos de las familias, es la hora de la revolución social. El gobierno creó una gran estructura jurídica e institucional que incluyen recortes a través de una agresiva política social, o le cambiamos la cara al gobierno, o el alma al pueblo, que el alma del pueblo son sus pobres ciudadanos casi todos victimas de todos los olvidos y todas las carencias. Y dijeron que este año era el año de la estabilidad, ¡joder, dona, que una patria de ricos y corruptos no le puede salir tan caro al pueblo!. Hay que matar la pobreza del pueblo de raíz, y no solo la pobreza, sino la cultura que la representa y en cuyos laberintos habitan atrapados en el pesimismo la esperanza. Hay gente que es pobre de pan y también de espíritu y fe, que es lo peor.

Hoy, en una entidad bancaria de Almassora (Castellón), una mujer de 47 años se roció con un líquido inflamable y se quemó a lo bonzo. La mujer, tendría una deuda que no podía pagar: nada se sabe. Como los tres suicidios de la última semana por no poder hacer frente a sus hipotecas.

El gobierno debe propiciar cuanto antes, no solo la recuperación económica del país, sino el entusiasmo del pueblo y su perdida fe en las instituciones, los partidos políticos, los empresarios, y también en las puestas de sol, en el alba, en un mar cualquiera y todo lo demás, incluyendo tus ojos negros. Y eso solo se logra con los ejemplos, con acciones y no con palabras. Primero el pueblo. Y si después, queda algo, otra vez el pueblo.

4 comentarios:

  1. Para nuestra desgracia, ningún político, en el poder, del signo que sea, está capacitado para sacarnos de esta situación. Así que, como dices, seremos el pueblo y si queda algo, el pueblo que quede, quienes tendremos la responsabilidad de batallar hasta lograr una democracia y una justicia reales.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Entonces es la hora de la revolución social... Muchas gracias.

    Salud.

    ResponderEliminar
  3. Difícil que el gobierno propicie ese entusiasmo. Como en una pirámide invertida, todos (desde cada uno de nosotros) debemos saber que el desencanto se combate, independientemente del resultado. Pero pretender que ellos den el primer paso sería -como decía mi abuela- mandar a la zorra a cuidar gallinas. El capitalismo salvaje, el individualismo y el culto al "tener" es su credo, no se van a suicidar. O cada uno de nosotros, o todos nosotros. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. A veces la desesperanza se apodera de uno... es entonces cuando más necesitamos pensar en el colindante. Y juntos mirar al horizonte de un mañana mejor. Muchas gracias.

    Salud

    ResponderEliminar