Acerca de la literatura fantástica, Jorge Luis Borges hizo este comentario: "Esos genios son omnipotentes, sin embargo, son esclavos de una lámpara, de un anillo o de su poseedor, y basta con frotar la lámpara o el anillo para contar con un esclavo que, a su vez, es omnipotente".
Al hilo del comentario de Jorge Luis Borges, considero que una de las grandes paradojas de las distintas religiones monoteístas al considerar un único dios verdadero, es el hecho de que se representa a sí mismo como un ser supremo hacedor del universo que, sin embargo, puede ser controlado por el hombre a pesar de su poder sobrenatural. Al contrario que algunos dioses de otras religiones que no se les adora por ningún supuesto poder sobrenatural o de salvación, y se les atribuyeron leyendas tan patéticas como la propia historia que los inventó. Conviene recordar las hazañas de Zeus, aquel rey de los dioses griegos, por cierto, adorado también por los romanos con el nombre de Júpiter, y por los políticos con el de erario. Pienso que estos, y otros dioses, son fruto de la imaginación de escritores fantásticos en distintas épocas, y representan a divinidades separadas, aunque en su inmortalidad obra una única creencia religiosa.
Supongo que por ser un incrédulo, tributo con mi mala cabeza la carencia de sentimientos de veneración. Supongo, y solo supongo, que sea consecuencia de no creer en un dios cualquiera de carácter divino con un mismo nombre.
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