Se me ocurre viendo a mi esposa acelerada en estos momentos, que las mujeres y los hombres nos comportamos de manera diferente ante una situación parecida de estrés. Las mujeres, llenas de emociones, reaccionan llamando a sus amistades por teléfono, a una amiga, por un decir, y charrar hasta que se acaba la batería. Sin embargo, los hombres nos relajamos dando un paseo por el campo. O meditando simplemente sobre el origen de la vida. Los hombre somos más profundos que las mujeres. Por eso creo, y me acabo de dar cuenta, que los hombres y las mujeres solo podemos unirnos en santo matrimonio, jamás podremos ser amigos. Razón esta que me hace ser un poco más feliz, porque siempre creí que mis amigas eran mi mayor decepción. Tanto flagelarme y vituperarme para nada. Ni mis amigas ni yo somos culpables.
Saludos Soslayo…interesante entrada para dialogar.
ResponderEliminarTodos los seres humanos somos diferentes e iguales a la vez…sin duda tus amigas reaccionan de esa forma, y no por eso dejan de reflexionar y caminar por el bosque…lo que pasa es que las mujeres somos imprevisibles, reaccionamos de acuerdo a la emoción…pero para emocionarnos debe haber un acto, una sorpresa, un hecho y detrás de todo esto hay un pensamiento y una reflexión.
La mujer antes de ser esposa, amante o compañera…es amiga. Si no somos la amiga en quien el hombre deposita sus cuitas…mejor es olvidarse de la relación.
Hay mujeres y hombres que se expresan con su interioridad y otros no.
Es un acierto esto "Ni mis amigas ni yo somos culpables."
Feliz fin de semana.
Pues es cierto. Y mira, Ceciely, que para yo dar el brazo a torcer... Más que nada por vivir los años altos de la vida. Los viejos creemos que por ser viejos lo sabemos todo y no. Digo que es cierto porque bien dices: "La mujer antes de ser esposa, amante o compañera... es amiga". Pero entonces, mis amigas no tienen excusa: son mi mayor decepción.
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar. Beso.
Salud