La cultura de lo ilegal se ha adueñado de este país. Se sirve en bandeja de plata las injusticias y los camelos para desgracia del pueblo (que ya no sé si existe). Todo se compra y se vende, hasta el nombre de las cosas. ¿Adónde hemos llegado por nuestro dejar hacer a los políticos? Las incertidumbres generadas por la clase dirigente es el desconsuelo del pueblo. De los excluidos y de los marginados. ¡Es un escándalo!. En cualquier esquina te sorprende un político bien organizado con millones de euros. De la nada sacan privilegios para una jubilación de ensueño. Nos han robado el pensamiento y no reaccionamos: nos podemos dar por jodidos. Y ahora Rajoy dice que julio será el mes de un mayor esfuerzo. El mes del IVA y de las tasas, de los recortes en las prestaciones por desempleo, de otros porcientos más en el salario de los funcionarios, de más copago, de la congelación de las pensiones, y más que se me pasa (fijo). ¿Qué si tomamos conciencia de lo que fuimos? Cuando se pierde la esperanza todo se degenera (tengo pruebas). Además, los resultados de las últimas reformas están ahí: más paro, más recesión, más pobreza. El gobierno se enroca en sí mismo y desoye el clamor del pueblo. Un gobierno que niega la asistencia social, la sanidad, la educación, no merece la confianza del pueblo.
No soporto por más tiempo las desigualdades sociales, el contraste entre unos y otros, la riqueza de unos pocos y la pobreza de la gran mayoría.
Pienso si no sería mejor ser mi padre. Mi padre era minero y estaba muy mal pagado, pero tenía una huerta y de ella comíamos toda la familia. Yo no tengo huerta y soy dependiente del sistema. De un sistema insoportable, excluyente, inseguro, insolidario, intolerable, inhumano; un sistema sin reglas ni principios. ¿Cómo enraizar este sistema con la vida...? (Lástima de pueblo y su gobierno incapaz, insustancial, sin contenido, a veces sin norte, carente de principios y vacío de moral).
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