Perdona, me olvidé de ti. O no, y quería dedicarte unas líneas aparte ahora que sé que me sigues leyendo en silencio. Yo nunca te olvidé. Tú eres arte y parte de este espacio y de los otros que hubo, así que no podía dejarte al margen. Si te fijas, verás que faltan los nombres de todas las personas que antes aparecían contigo: las amigas se han ido con mi decepción y los amigos han muerto: paz a sus restos; los demás: Rajoy, Rubalcaba, la vecina chismosa y tantos otros ni existieron. Parafraseando a Gustavo Adolfo Bécquer, fueron recursos literarios cuando, agotado mi tesoro, de asuntos falta enmudeció la lira. Solo decirte que si sientes en tu corazón una palabra sin demasiado sentido o esperanzada; si te encuentras con alguien desconsolado, agobiado, o triste de morir, en cualquier circunstancia, no te lo guardes, dímelo, no te quedes callada, o pásamelo por e-mail como antes. Veremos qué hacemos con ello. Beso. Gracias por leerme.
Te lo prome... Beso.
ResponderEliminarSalud.