-Trato de sobrevivir.
-¿Me quieres vender una historia sin final?
-Imagíname y pónselo tú.
-¿Acaso tiene que ver contigo?
-Tal vez...
-¿No te importan las historias que vendes?
-Son historias repetidas.
-Entonces es un fraude.
-¿Un fraude?
-Sí.
-Un fraude... entonces existes.
-No lo sé.
-¿No sabes si existes?
-Dímelo tú.
Donde quiera que vayamos, o estamos solos o nos acompaña un nombre de mujer. A veces es una amiga que de cuando en vez nos dice con palabras siempre dispuesta a la comprensión. Noches sin sueños, luna sin mar, ¿qué? Una sonrisa, una mirada, unos labios. Admiración y miedo. Amor y desamor. Todo lo delata un nombre de mujer. Imprudente amor.
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