Hay una mente, una mente omnipresente...
Hay una mente, una mente omnipresente
y omnífica. Su nombre sagrado es el Amor.
¡Oh, verdad de sublime grandeza!. Quien se nutre
sacia con ella su alma constante, escapa
con una bendición de este ínfimo mundo.
Es lo más alto del hombre,
nuestra meridiana majestad, sabernos
partes de una maravillosa totalidad.
Esto hermana al hombre y asienta
su caridad y su conducta. Pero es Dios,
difundiéndose en todo, quien hace todo una unidad.
Y ésta es la peor superstición: desear algo
que no sea Él mismo, suprema realidad (...).
Samuel Taylor Coleridge, poeta, falleció el 25 de julio de 1834.
...la peor superstición...
ResponderEliminarSaludos
La Fe. Muchas gracias.
ResponderEliminarSalud.