De ayer a hoy te quiero, amor, como el primer día con esta alegría con la que voy viviendo... que me está matando. (Ha llegado el momento de poner en duda la existencia de Dios).
Mucha tela que cortar a una sociedad que se mueve solo por intereses. Hay en el ambiente un catálogo de asuntos. La gente está harta de escuchar y leer siempre sobre lo mismo en los medios de comunicación. Imperaban las libertades (ley mordaza), de prensa en particular. La prensapuntocom te explica al instante la noticia más interesante que ocurre en cualquiera parte del mundo con todo lujo de detalles. Lo malo que ya nada nos sorprende. Se asesina impunemente en las guerras; también en casa: maltrato de género. Y otras tragedias que a nadie se le escapa pues teníamos prensa libre. Es la muerte de inocentes. Podíamos hacer más como sociedad para que nadie se muriera de hambre. Desoímos a responsables de organizaciones humanitarias con evidencias que son más que simples rumores. Se sigue matando por intereses comerciales en los países más pobres. Otras desgracias son catástrofes naturales. Sino son guerras son catástrofes naturales, o crisis económicas, o leyes antidemocráticas. Con esa cara de los entierros podíamos recordar, porque ya lo sabíamos, que la historia nos enseña que las crisis transforman los patrones de conducta. Se hunde una ilusión tan dolorosa como si fuera una ausencia presentida; esa ausencia que nos devora antes de ser. Ser, o ser como alguna vez fuimos. Y no podemos hacer nada. La vida sigue su curso. Pero esa vida que sigue su curso nos enseña si estamos atentos otra vida que es tan real como irreal; es una vida que puede hacernos más humanos y tal vez actuar. Una ilusión se va fundiendo lentamente como se funden los cuerpos cuando se entregan en un viernes de fiar frente a un mar. Amor. Irá naciendo una nueva ilusión, sin embargo, alguien trajo un debate estéril sobre la relación que existe entre el amor y la poesía, y la comprensión en un día imposible. (Si existe Dios y un Cielo, por allí andaremos algún día amándonos como siempre). García Márquez escribió: "Unos resentimientos revolvieron los otros, reabrieron cicatrices antiguas, las volvieron heridas nuevas, y ambos se asustaron con la comprobación desoladora de que en tantos años de lidia conyugal no habían hecho mucho más que pastorear rencores". El proceso de conversión a de ser permanente y evolutivo hasta el final. Que sirva el periodismo para servir en su fidedigna información y la literatura como arte para explicar cómo vivir en paz. Y la poesía para entender esta situación de desesperanza que vivimos. (Y lo nuestro, amor). Esta sentencia enfrentará las civilizaciones del futuro dentro de miles de años (o menos). Por cierto, ¿seguirán siendo inhumanos los humanos del futuro? Qué pregunta susceptible de toda clase de respuestas. Dios existe.
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