jueves, 2 de julio de 2015

Ténganme miedo.

Sin ser psiquiatra, llevo años suficientes relacionado con mi psiquiatra como para ser enfermera. Y digo que tengo la sabiduría suficiente para asegurar que la insensatez de nuestra clase dirigente es la maldad que anida en la cabeza enferma de vanidad y prepotencia. Y si por mí, nada de pócimas milagrosas, viajes con el INSERSO a Benidorm y bailar amarraditos a ritmo de los "Pajaritos" con María Jesús y su acordeón (recuerden) hasta que se ponga el sol y la luna. Cuarenta años y sigue de actualidad. Como ellos y ellas. Es urgente que cambien sus maneras de hacer y deshacer, de embolsarse nuestro dinero y jugar con nuestro futuro. 

No se fíen, señores y señoras dueños de nuestras vidas, fueron muchos los atropellos y demasiadas las decepciones. No nos subestimen... A pesar del dolor, aún podemos abrir y cerrar el corazón así como la mente y odiarlos. Incluso hay quien puede abrir las puertas del infierno. (Está abierto el periodo de admisión y caben las dos cámaras incluidos los leones). Ténganme miedo.

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