La tierra arde y no es hablar por no callar y menos una metáfora. Al termómetro se le ha ido el mercurio para siempre. Ya nada es igual y podemos esperar lo peor. Adónde fue mi carácter optimista, adónde mi pasión por la vida. Hay que aguantar en este mundo de desigualdades sin poder elegir: verano e invierno, ricos y pobres. Por fortuna, aún quedan indignados en la calle que no se rinden ante los peores presagios. Los que mandan lo saben y tienen miedo porque se les acaba el tiempo: ¡tic, tac y se acabó!.
Yo no les deseo mal alguno, pero no se portaron bien con el pueblo. Ni atendieron sus necesidades ni dejaron de robar. La verdad es esa, pero no les deseo mal alguno, solo que se vayan, devuelven el dinero e ingresen en prisión. Un 40% más millonarios mientras el salario mínimo interprofesional sigue en 648 euros. Y la gasolina sube, y la luz sube, y la cesta de la compre sube, y baja el estado ánimo de la mayoría a punto de perder ya la esperanza...
Nuevo informe Oxfam: "La riqueza que posee el 1% más rico de la población mundial (70 millones de personas) supera la que acumulan conjuntamente los más de 7.000 millones de personas restantes (el 99 por ciento de la población)".
Uno quiere ver más allá y el horizonte se lo impide. Ya uno solo espera que le dejen morir en paz en este mundo. Miro al cielo y ni llueve. El imperio del mal ha triunfado a pesar de los muchos buenos amaneceres vividos. Para encontrar dos que se besen hay que celebrar al menos cinco entierros. Las cuentas están echadas por expertos. Solo desánimo. Solo eso somos. Y mientras, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ha advertido que la creciente desigualdad dañará la economía mundial si no se controla. Al menos nos podemos dar por avisados, que diría Aznar: "lo que ocurre en Grecia es lo que ocurrirá en España si gana Podemos". Política de la peor para un pueblo que alcanzó la mayoría de edad hace años. "O el PP o la nada". Si ganará Podemos no sé, lo que sé es que en este país las elecciones se pierden no se ganan. ¿Y entonces?
Y hay algunos que dicen que los viejos somos un peligro y hay que parar eso ¡Ya!
ResponderEliminarYo lo que quiero corazón cobarde, es que mueras por mi.