A capriccio.
Este concierto
no ha sido copiado
de manuscrito alguno.
No ha sido extraído
de ninguna botella
descubierta en la playa.
Ni en los bolsillos
de un centinela exacto
que se quedó dormido.
Ni en las bodegas
de un galeón hundido
desde entonces.
La herencia de algún
pirata no lo ha dejado
en la arena.
Ni siquiera ha sido
escuchado en un piano
de cola todavía.
Este concierto
obedece a su propia
concreta situación
porque en esencia
todo ha sido reducido
a polvo. ¡Polvo!.
Y hay que ordenar
un toque de esperanza
al primer corneta
y al último redoblante
del batallón de
la mañana.
Pedro Mir, poeta, falleció el 11 de julio de 2000.
...un toque de espernza !
ResponderEliminarSaludos