jueves, 23 de julio de 2015

No me abandones, amor.

De ser protagonista de una película de acción y acabar siendo un porciento en una estadística real y no cocinada... No me atrevo a salir de casa si no estoy seguro de volver sin pasar por la farmacia de guardia... Hoy, Carmen Martín Gaite y su poesía me ha marcado según me veo al espejo... Acumulando horrores, uno puede llegar a ser desertor de la vida antes que jubilado... Ser jubilado es un honor después de haber trabajado lo suficiente, pero desertar de la vida... Es un asunto serio. Y recibimos poca información cuando la información es más necesaria que nunca. Huérfanos de padre y madre, vivimos permanentemente en la tentación de la droga y la delincuencia.

Todo tiene que ver, el desempleo, la pobreza, la exclusión social, y más para con ello, pero nada justifica desertar de la vida. Estamos mal y vamos a peor. No solo debemos considerar la droga ilegal, la adicción a las drogas también llega por el camino de la farmacia de guardia con receta médica. Si malo o peor no sé, pero bueno no es. 

La tristeza inunda el corazón y con el alma herida nos podemos dar por perdidos. O saltamos al agua que el barco se hunde o nos hundimos con él que viene a ser lo mismo... Qué hay de lo nuestro, amor, qué hay de la santa poesía que me prometiste nos iba a salvar... Un día por ti volví a nacer, pero vuelvo a estar sentado en un barril de pólvora al lado de un narcotraficante que no para de fumar. Génesis 3:19. "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás". No me abandones, amor.

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