El Papa Francisco advierte en Paraguay que la fe sin solidaridad está "muerta".
Si nuestra vida es una rutina insoportable, si estados de ánimo dañinos, si un paso hacia adelante y dos atrás ¿por qué no un cambio? Vamos a peor. Hacemos de la rutina que más nos perjudica nuestro estilo de vida. Y dale a la rueda que rueda. La gran mayoría de la población mundial vive en condiciones de desamparo y pobreza y debiera ser una ofensa a la dignidad humana. Repatriaciones selectivas de extranjeros marginados por el hambre que existe en sus países de origen. Torturas. Violación de los derechos. Necesitamos acrecentar el respeto hacia nosotros. Se trata de apostar por un mundo diferente donde la solidaridad sea el pan de primera necesidad. ¿Cuándo fue que dejamos de ser humanos?
En nuestra sociedad no debe tener cabida el miedo, la comunidad internacional debe exterminar el fenómeno terrorista que engendra odio. No debemos dejar a los más débiles a su suerte. Civilización unida con vínculos humanos. Aquella justicia que llega tarde es injusticia. El desarrollo humanitario lleva implícito la tarea de proporcionar mecanismos para la convivencia de las diversas culturas. Por más que se nos llene la boca de solidaridad si no hay partidas económicas que la acompañen no avanzaremos. Si no atendemos las causas justas solo encontraremos desasosiego. Conciencia ciudadana. No podemos quedarnos en lo superficial debemos profundizar en lo humano a través de la educación. Fijar en el corazón los valores humanos fundamentales y el cumplimiento de las leyes. Naturaleza humana. Solidaridad.
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