Hoy es miércoles y tengo una cita a la que no puedo faltar... Es una cita médica sin respuesta, por lo que no tardaré. La médica es estupenda, me preguntará cómo me encuentro y le contestaré muy bien. Y sin venir a cuento me hablará del calor que hace, de cómo se presentará el verano (como si lo supiera) y que nos volveremos a ver en invierno si a los dos nos viene bien. Fijo. En fin, de salud bien, muchas gracias.
Ir más que nada es perder el tiempo, pero he de ir. Estos asuntos de la cabeza no tienen arreglo, por lo que ella no me curará y yo no sanaré. Seguiré mal de la cabeza mientras viva. Sí. La nuestra es una relación hasta que la muerte nos separe. Si ella o yo solo Dios lo sabe. Es lo más parecido a una relación de amistad que recuerdo. Igual con el tiempo llegamos a algo... No es mi tipo pero algo es algo.
Por mi mala cabeza, llevo anotado su nombre y confío no perderme: que siga donde la dejé el pasado año. Pudiera ser que no esté porque la hayan raptado, o su cuerpo ligero como una pluma se lo haya llevado el viento, o absorbido la tierra por sus propias piernas. Nunca se sabe. Hoy no pido que recen por mí, el único problema es que me pierda y no encuentre el camino de vuelta. En estos casos, antes de llegar a Roma, recomiendan preguntar a un municipal... Eso haré llegado el caso. Hasta luego pues si todo sale como deseo, sino sean felices hoy y siempre. Muchas gracias.
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