Los caminos del amor
Huele a soledad el campo
tan breve, tan sin sentido,
bajo un firmamento abierto
de par en par.
¡Apetito
de tierra sola, de tierra
desterrada, de caminos
que nunca llegan a Roma!.
La carretera es un río
enjuto que no se acaba
y que no tiene principio.
Pero la esperanza enseña
a creer lo que no vimos;
el aire, la luz, la música,
la palabra...
Desistimos
de andar mirando las cosas,
descubriendo los registros
concretos.
El alto cielo
nos orienta con sus guiños
fulgurantes.
Levantamos
la mirada y transcribimos
su fausta telegrafía:
"¡Para el amor no hay caminos!".
Victoriano Crémer Alonso, poeta, falleció el 27 de junio de 1906.
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