viernes, 12 de junio de 2015

O todo o nada.

Nada ocurre por casualidad. Entonces, cuando un cambio se produce en nuestra vida es por algo. (O por nada). De ahí que se requiera una mentalidad abierta para transitar el día. Lo podría dejar aquí y queda bonito y beso. Pero algo llevo dentro que me obliga a cambiar. Un día amanece y no me reconozco. Sigo siendo el mismo en apariencia. Intento dar un giro a mi rutina, por cierto, nada perdería si la cambiara, pero ocurre que estoy hecho a ella. Y tampoco sería capaz de adaptarme a otra. Sin puñetazos en el corazón, sin remordimiento, sin pedir perdón porque no me fío de mí, y faltar a la palabra no quiero porque va en ello mi credibilidad, quisiera volver a vivir esas circunstancias para que no volviera a repetirse el mismo final de ida y vuelta. Mi comportamiento... eso a estas altura ya no importa.

Quiero que defiendas mi credibilidad como escritor desde el más leve ritual profanador. No permitas que me invadan la tinieblas, no me condenes antes de que salga el sol. Necesito conocerme mejor. O aparta sus ojos de mí.

6 comentarios:

  1. Del todo como respuesta. De la nada "hablamos" después.

    ¿Aún recuerdas el "buenas..."? Yo sí, todas las madrugadas en que no te lo escribo.

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  2. Mejores cosas tendrás que hacer o no era tan importante. Con saber de ti de cuando en vez me vale. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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  3. Tan importante que te leo todas las madrugadas. TODOS los días. Tan así eres. Y ya no chateo más. Voy a dormir.

    Hasta mañana o hasta hoy.

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  4. Descansa, pero no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. El refranero popular es sabio. Beso.

    Salud.

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  5. Que un mar con sus horas nos separe no es justo... Muy buenas... Beso.

    Salud.

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