De cuando en vez ocurren cosas que me hacen pensar y no les doy sentido. Son pequeñas cosas que a la mayoría les pasa de soslayo pero yo las veo porque no tengo otra cosa qué hacer más que esperar que ocurran para escribir sobre ellas. Suelen ser pequeñas cosas aisladas en les Seniaes, sensaciones escondidas, encuentros casuales con María, la Magdalena, y enseguida regreso a casa para escribir sobre ellas y saber algo más de mí. Las pequeñas cosas son muy interesantes. Un escritor sin credibilidad tiene que fijarse en todo y escribir a partir de hechos fiables aunque sean de ficción con el fin de volver a empezar como un amante primerizo (una mentira manipulada), como un sueño imposible (como tu risa y tu mirada). A veces la esperanza es lo único que nos tiene amarrados a la vida.
Un escritor por el hecho de escribir no es nadie. Tampoco un periodista que no se conforma con ser el cuarto y quiere ser el primero a toda costa. El periodismo y los políticos son muy parecidos, sí, todos tienen vocación de construir una realidad que no se ajusta a la verdad. MI esposa cada mañana me cuenta historias de facebook que son más creíbles que una opinión periodística o el tuit de un político siempre en campaña electoral. La realidad social que vivimos está muy alejada de la verdad que nos hacen creer los que dirigen nuestras vidas o los que crean opinión fidedigna. Amén.
De cuando en vez me gustaría ser más sociable para que alguien que no fuera Patricia me sacara pasear con el mismo entusiasmo que dona y yo paseábamos cuando ella vivía y yo no estaba muerto. Disculpen. Nomás un descuido.
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