De vivir con las prisas y tantos asuntos que si me preguntaran ahora no sabría explicar llevaba a la cama problemas y escasas horas de sueño. Eran otros tiempos, tiempos de mucho trabajar y ganar los dineros para alimentar a la familia y educar a los hijos. Además de otros asuntos económicos, ofensas bancarias, desprecios; aprecios los justos, porque hablamos de dinero. Pues si hablamos de dinero aquellos tiempos son parecidos a estos. Poco hemos cambiado... En este mundo imperialista que creamos no se salvan ni los poderosos.
Un malvivir era mi vida, un no dormir y no dar tiempo al tiempo, tiempo al sueño y soñar. Tal vez sea esa la razón por la que ahora sueño tan aprisa. Sueños que confundo con la realidad e inconsciente o sin querer pronuncio tu nombre. En los años altos de la vida, mi mundo es de ficción. O simplemente he comenzado a vivir.
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