domingo, 26 de abril de 2015

Hile fino, señora.

No es una amenaza. Pero es imperdonable, por más que no hubiera intención sino ignorancia. La ignorancia en manos de quien se cree en posesión de la verdad es arrogancia con fecha de caducidad. No quiero que mis palabra sirvan de disculpa a quien se está metiendo en el pozo del olvido y el desprecio. Lo pagará con creces. Perverso su proceder. Y sin embargo, a pesar del creciente dolor que inflige, es demasiado importante en la vida de quien quiero. 

Una mente a rebosar de ignorancia no debiera tener un proceder indecente con quien tiene la llave de su alegría y la puede salvar de sus miserias. De viejos debemos hilar fino. El insulto no es sinónimo de sabiduría, y si hablo de amor entonces... Pobre mujer. Si un hijo decide amarte, madre, desde la humildad, ¿qué te impide devolverle ese amor? De viejos no pasamos y debemos hilar fino, insisto.

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