La ley o la justicia, si no es lo mismo, no entiende de amigos y enemigos, de colores y otras profesiones, es igual para todos. Algo parecido dijo ayer de buena mañana el ministro Cristóbal Montoro. ¿Sabía el ministro que la fiscalía pediría de urgencias al juez de guardia que decretase prisión para Rodrigo Rato con la disculpa de un registro domiciliario?
En asuntos de Estado, el político puede condenar y condena si ve que la impunidad de un presunto sale en los medios de comunicación como noticia a destacar. (La corrupción en manos de un rumor es una resolución judicial firme).
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