Esa mujer es una dama que es más que una mujer.
Y ama. Es madre y ama a sus hijos.
Como suave brisa de la inspiración en paradero desconocido.
Como el sentimiento triste de una gota de agua en el desierto.
Esa mujer siente amor en sus adentros
y no es amor de madre.
Pero su corazón está destrozado.
Los ladrillos de su casa se desplomaron,
el hormigón se derritió como amor de juventud,
el nivel no encontró la gota de aire,
el mortero se deshizo como migajas
y su casa se vino abajo.
Y ahora no tiene hogar y su vida es un poema.
Que un poema no oculte su amor bajo los escombros
de sucias las mentiras
en tanto no vuelva
esa mujer a la vida:
Al amor de hombre.
La mujer que fue.
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