Mercedes Sosa canta: Todo cambia.
Cambia lo superficial.
Cambia también lo profundo.
Cambia el modo de pensar.
Cambia todo en este mundo.
Cambia el clima con los años.
Cambia el pastor su rebaño.
Y así como todo cambia.
Que yo cambie no es extraño.
Cambia el más fino brillante.
De mano en mano su brillo.
Cambia el nido el pajarillo.
Cambia el sentir un amante.
Cambia el rumbo el caminante.
Aúnque esto le cause daño.
Y así como todo cambia.
Que yo cambie no es extraño.
Cambia, todo cambia.
Cambia el sol en su carrera.
Cuando la noche subsiste.
Cambia la planta y se viste.
De verde en la primavera.
Cambia el pelaje la fiera.
Cambia el cabello el anciano.
Y así como todo cambia.
Que yo cambie no es extraño.
Pero no cambia mi amor.
Por más lejos que me encuentre.
Ni el recuerdo ni el dolor.
De mi pueblo y de mi gente.
Lo que cambió ayer.
Tendrá que cambiar mañana.
Así como cambio yo.
En esta tierra lejana.
Cambia, todo cambia.
Pero no cambia mi amor.
La Negra Sosa tiene razón, todo cambia. Y sin embargo, un gran obstáculo es esperar otra oportunidad y permitir que nuestros sueños se acurruquen en una esperanza posible. Nuestros sueños se escurren como arena entre las manos de los que no pueden, de los que siempre pierden. ¡Estamos jodidos, dona!. Nadie puede ver nuestro pequeño mundo, nadie puede sentir lo que sentimos, ni nuestra manera de pensar, de ver la vida. Todo cambia. Es lo que hemos elegido para soñar, que todo cambie menos el amor. Mi amor.
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