En el diario caminar por tu primavera de buenas madrugadas, te veo comprobando tu jardín de flores, frutas y bichos que desaparecen al verte.
En tu primavera se divisa desde un acantilado de altura considerable sucesos de amores con vivencias dignas de ser recordadas. Suficiente cinco minutos de visita por tu presente para darse cuenta que se repite otra vivencia digna para el recuerdo, pero al contrario que otras de particularidad invisible. Quizá tenga que ver con la influencia que hace en ti quien sin conocerte ha convertido tus pensamientos en un combinado de sentimientos contrariados.
... y de nuevo aparece el mar donde naufragan todos tus adioses y alguna creencia... Después de un tiempo se acerca la nave que te aleja de la costa cuando la realidad cautiva tus sentidos con alguna vivencia exclusiva y no sabes qué hacer. Pides a Morfeo que venga en tu ayuda y asoma por el horizonte. A medida que se acerca vuelves a tu estado natural. Tienes evidencias suficientes: es la hora de convertir el día en un sueño con ansias de inmortalidad.
Que bonito texto.
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