jueves, 9 de abril de 2015

Tradición.

Amanece el día confuso, ojalá no sea definitivo. ¡Joder, dona!. Y vuelta a empezar, de nuevo a lo mismo, a ser viejo con achaques, a ser lo que nunca fui. Y vuelta a ser viejo y practicar de viejo. Lo que tengo en el alma me confirman que no tiene arreglo; pues si no tiene arreglo que no me mareen. Hoy tengo todos mis sentimientos vacíos y la sombra de la incertidumbre arranca las página del día en vez de pasarlas con sosiego. Si reaparecen los muertos vivientes no me aplastarán. Una derrota no me derrotará. La paz, de ser, será sin rendición. No me considero invencible, tengo miedo, pero la vida me tiene acostumbrado a finales absurdos, como mi propia mente. Mi mente absurda. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario