Salgo sin rumbo y sorprendentemente aparezco en un camino recogiendo amores rotos. Sino malheridos. Pienso que no es asunto tan grave como para llamar a urgencias. En abril es duro reconocer que llueve más que siempre y que el amor no descansa en su romper frentes que comienzan con pronóstico de vida. El amor es vida, y los desahuciados de la vida deben ser escuchados, por el amor de Dios.
El amor a endeudado por otras razones al país. Déficit de los sentimientos y otros versos. Nos sobras los motivos y el asunto pinta mal. Perdida la fe, la María anda de peregrina del amor tan débil como hoy está el cielo. Porque es abril y sigue lloviendo. Porque es abril y sigo esperando. Porque un abril sin ti... Porque es primavera y ya las mariposas no vuelan libres en Les Seniaes. Solo apariencias.
Vivimos el cinismo y la doblez y aún nos reímos. De ser gratis, por tí, amor, no me importaría recibir un curso acelerado de hipocresía para justificar comportamientos con disculpas y las decisiones ya tomadas. Si hundimos las naves nos podemos dar por perdidos. De tanto mentirme inevitablemente te acabaré creyendo: si así fuere, que la María me guíe.
A esa mujer que fue la sonrisa de la primavera la rompió el amor, ¿y ahora?
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