jueves, 2 de abril de 2015

Y aún se ríen.

Hoy, porque me dejaron solo, quise hacer de mí un ser informado y puse la televisión con tan mala suerte, que vi lo que siempre di por visto: El Telediario. Y agarrotado al mando a distancia me enganchó hasta los deportes. Un drama. Una tragedia que tal vez no supere en la vida.

Hablo de política y sin dar nombres, a fin de cuentas los unos y los demás son parecidos. Un portavoz con apariencia de respeto público, no hacía sino insultar a otro portavoz como si fueran el mismo demonio. Conviene aclarar que los dos políticos eran de diferentes partidos.

Uno queda estupefaciente por la inmensa capacidad de cinismo con que nuestra clase dirigente nos toman el pelo a la hora de presentar su trabajo de gestión pública: el altruismo, la eficiencia y la buena voluntad se les supone cuando en realidad es lo contrario: Las pensiones subirán (0,25%). Los inmigrantes sin papeles se atenderán en atención primaria (así no se colapsarán las urgencias, ni las gripes acabarán en pandemia). Se jubila un trabajador de 1500€ y contratan a tres de 400€ incluido domingos por ETT. El 3+2 universitario sigue hacia delante y los profesores de institutos hacia detrás. La ayuda a la dependencia ni se sabe qué fue de ella. Las minusvalías desaparecen por orden administrativo, ni tribunal médico ni director general de discapacidad. Copagos y otras desgracias. Son estúpidos o se hacen. Lo son o creen que somos como ellos. Un país de políticos estúpidos donde las desigualdades son dos líneas paralelas.

Políticos ostentando el poder que subyuga a la ciudadanía con caprichos y fraudes de ley. Incompetentes políticos que nos venden sueños irrealizables. La prepotencia y el abuso de poder van de la mano con nuestra agonía. Y aún se ríen.

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