jueves, 12 de marzo de 2015

Un regalo de primavera.

De una amiga nunca será poco hablar de ella incluso a destiempo. Después de las buenas madrugadas, sin embargo, uno se lía con las noticias que más duelen para hacerlas digestibles y en un verbo se me escurre de mi mete. En mi mente siempre la tengo, pero a veces me puede la realidad de aqueste lado del mar. 

Fiel a sus virtudes de siempre, entre todas algunas extraviadas en esta realidad que espanta, es un ejemplo de sincera amistad. Una amiga empeñada en ser joven a su edad. Empeñada en ser más joven a su edad que yo, quiero decir.

Ella no sabe porque nunca se lo dije pero tengo escrita una canción de corazón en el pentagrama de un compositor amigo en otros tiempos y otra vida. Es una hermosa canción que por sentirme incapaz de componerla se la pedí prestada al amigo, pero el aliento divino y el olor a azahar es mío. Alimento que abunda en Les Seniaes.  

Cada día ensayo la canción entre los naranjos para cuando llegue el día se la grave con una dedicatoria que le escribiré de corte fiel de amistad y santa poesía. (Quiero que sea un regalo de primavera).

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