martes, 3 de marzo de 2015

El sol de la eterna primavera.

No me quejo de vivir los años altos, me quejo de que la gente solo me vea por fuera. Que me llamen señor y que se levanten en el autobús para que me siente. De eso me quejo, porque entre todos me están echando a perder. Y no. Pero la realidad a veces, como las hemerotecas, es cruel. Hoy, esperando con Patricia el turno en la farmacia, una señora más vieja que yo me dijo que me apartara para sentarse. Con las peores intenciones me puse delante de la única silla para que nadie se sentara y luego se tuviera que levantar para que me sentara. La vida está hecha de vivencias. Soy esclavo de mi propia soberbia. A las puertas de la primavera, sería genial poner de moda la humildad. No, no soy el más viejo del pueblo ni el más sabio, y menos un mártir. Pero sí el más guapo. El sol de la eterna primavera.

2 comentarios:

  1. Joder amigo un mes de abuelo y ya te dicen viejo.

    ResponderEliminar
  2. Si fueras el más guapo la ruquita esa, más vieja que tu, no te hubiera apartado digo yo. Al pan pan y a diós que te vaya bien.

    ResponderEliminar