Vivencias sin disimulo.

Hoy es lunes pero pudiera ser martes u otro día con tal de vivir o seguir viviendo... Si algo he aprendido en la vida es que merece la pena vivir. 

Hoy prestaría de soslayo a quién arrepentido de un dios y una fe religiosa pero con ganas de hacer algo útil me pusiera en mi lugar para servir a una causa que valga la pena y no estar dale que te dale al teclado según me ordena mi ordenador. Para mí es un privilegio escribir aunque nadie me lea... Estoy pensando seriamente abrir una cuenta en Facebook y cumplir con el rol de convencer a las miles de seguidoras que tendría de lo que vale mi palabra. Y lo que explica su voz interior.

Lo de arriba viene a colación porque cada día que amanece me arrepiento de lo que escribí el día anterior... Y pido perdón en mis oraciones con el nuevo día culpable de mis malas interpretaciones. A mis amigas les doy las gracias por animarme a seguir de cerca el día y escribirlo sin ánimo de venganza. 

La venganza, el odio, lo radical, la interpretación interesada... Creo en la libertad de expresión, en el oncólogo que salvó de la muerte a mi esposa, en la psiquiatra que no me deja ir y en la neuróloga que vela mis sueños. Y creo en el humano ser que cree en su fe religiosa. Y creo que yo también soy Charlie. Y no creo que se pueda ofender y provocar. No creo que se pueda ni se deba insultar la fe religiosa de los demás. No creo que sea lícito matar en nombre de nadie. Nadie tiene el poder para matar a quien no piense como él. Y menos en nombre de nadie. Insisto.

Patricia sabe porque estudió y me dice que en la historia tuvimos guerras religiosas suficientes para haber aprendido, pero no. Y recuerda la Santa Inquisición española o Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición que fue una institución fundada por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia católica en sus reinos. Y de qué manera la mantenía... Paz y amor. Y respeto a lo diferente por increíble que nos parezca.