Un albañil metido de lleno en los años altos de la vida quería jubilarse y le comunicó al patrón su deseo de dejar el trabajo y llevar una vida de merecido descanso con su esposa y disfrutar de su familia.
Al patrón le dolía que su mejor empleado dejara la empresa y le pidió como un favor personal que construyera solamente una casa más. El albañil dijo sí, pero no ponía el corazón en su trabajo. La supervisión era deficiente, no se esmeraba como antes. Desafortunada manera de terminar su vida laboral.
Su patrón, con la confianza puesta en él, estaba seguro de que ese trabajo iba a ser bien realizado. Cuando el albañil acabó la casa el patrón fue con él a inspeccionarla y en ese mismo instante le dio las llaves de la puerta. "Esta es tu casa: por los años de abnegacion. Muchas gracias".
De haber sabido el albañil que estaba construyendo su propia casa la hubiera hecho de manera diferente. Ahora tendría que vivir en la casa de sus sueños que él mismo construyó de forma deficiente: la peor casa de toda su carrera profesional.
Luego de una vida ejemplar... Lástima, como si no hubiera un mañana...
Trabajar con amor, con diligencia, poniendo empeño, dedicación, voluntad, decisión en lograr lo mejor de nosotros... ¡Vivir hoy convencidos de que figuramos en la lista del amanecer mañana!. Cada día construimos nuestro futuro... Cada minuto cuenta. Vivir con alegría. Es la única vida que tenemos. ¿Qué? Inclusive si solo vamos a vivir un solo día más, ése día merece ser vivido con dignidad.
Gran reflexión !
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias.
ResponderEliminarSalud
Compi esto es cierto.
ResponderEliminarVaya que sí... Beso.
ResponderEliminarSalud.