sábado, 31 de enero de 2015

A veces la verdad no importa...

Ya, sí, las nuevas tecnologías son estupendas y nos hacen la vida mucho más fácil. Eso vale para mí que es mi ordenador el que me ordena pero no para la mayoría de las personas que saben. A fin de cuentas, se quiera o no, alguien tiene que pulsar el botón para encender todo. Insisto, una persona ha de pulsar el botón para que eche a andar esa tecnología puntera que nos hace la vida mejor... Yo me conformaría con poder recuperar una clave perdida. Torpe de entendederas e incapaz de actualizar la humildad, hablo de volver a la verdad, vanidad: confieso que me cuesta vivir sin ella y que no puedo volver a su mundo porque no tengo la clave: "Pinche usted aquí". Y pincho y no. Tal vez mi ordenador no sea el único que me ordena... Quizá ya ocurrió y la persona que debe pulsar el botón dijo hasta aquí llegamos, colega. Aprovecharé la oportunidad y volveré al amor y la santa poesía con los humildes en el corazón. Lo tomaré como una lección de vida.

Todo iba más o menos bien hasta que la "Tasa Google" irrumpió en el mercado de los derechos de autor de manera hiriente para los que no nos ganamos la vida con esto y respetamos a los que sí en toda la extensión de la palabra incluido "copiar y pegar" y nos quedamos fuera de juego. En un lugar llamado fantasía... No sé.

Urge entender que no somos mala gente. Urge llegar a acuerdos. Y sobre todo urge avanzar por el camino de la verdad. Pero si no se puede no se puede y qué le vamos a hacer, oiga. Quizá debamos pasar de las palabras a los hechos, coger el teléfono y construir otra clave. -Lo has hecho y nada. Has llamado y no estaba. -Es cierto. En cualquier caso, está escrito que el mal en los casos tecnológicos siempre triunfa si el humano ser permanece impasible o rehuye la verdad.

El que pulsa el botón es el que manda. ¡Señor, sí señora!. Eso no quiere decir que la verdad esté de su parte, porque... Afectivamente: A veces la verdad no importa...

4 comentarios:

  1. Pincho y pincho el botón de "entender" y ni maíz palomas, no entiendo de qué va, ¡oiga!

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  2. Nadie me quiere... Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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  3. No sea chillón, lo quieren mucho y lo sabe pero le gusta que se lo repitan ¿o no?

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