Y va y me dice, por un "emilio", luego de prometer, que hoy, tiene que ir a misa y que no va a poder escribir... Ni de sus descuidos ni de otras iras compartidas. Y me pide permiso como si se lo fuera a dar. Ni un minuto de silencio más: Escribe. De infinita tristeza si quieres pero tú escribe. Escribe de tu pueblo, de tu patria, del asesino de tu vecino pero escribe. Es innegociable.
Pensaré en descifrar cómo es que el tedio esté aburrido, ¿o cómo era?
ResponderEliminarNo entiendo...
ResponderEliminarBeso y Salu!
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