La realidad ya no es su tedio sino su vida...

Mientras las brumas de un mar engalanan la ría que oculta la contaminación de sus aguas, una Dama aparece asociada a la tristeza que enmudece el amor, la honradez, la generosidad. La fidelidad.

A paso lento camina entre sombras y no coincidimos por la realidad que aturde y se muestra en forma de una manzana sospechosa. ¡Muerde la manzana!. No es tiempo de tiritas en las heridas causadas por la soledad y la indiferencia donde pasan todos y todas. Si no te veo no existes. Ni Dios existe.

Una canción prometida no se oye entre la estridencia de la multitud... El amor no es agradecido y posa al lado de otros y otras. Sobran los ejemplos.

Para una Dama que busca en el tiempo su pasado agradecido no es tarde... pero es su modo de entender la vida. Su tedio. Sin embargo, mañana que ya es hoy, está en el mismo sitio porque la realidad ya no es su tedio sino su vida... Al fin aprendió la lección que solo la poesía explica.