Ya se oyen...
ya tardaban los tambores...
pom,
rompompom...
porrompompom...
Y yo perdido,
acurrucado en tu recuerdo,
adormilado en el teclado,
quieto, callado, silencioso
esperando que me llamen
para salir en la procesión...
Qué invento los tambores...
violentos cuando más quiero silencio
para pensar en llorar
que no me quedan lágrimas...
Qué invento las procesiones...
Hoy San Antoni del porquet todo tiene un perdón
ResponderEliminarCuando dona vivía los dos íbamos a misa... murió y no me dejaron entrar... a mí y a los que vivimos en pecado. Ya ves. Muchas gracias.
EliminarSalud
¿Llorar? ¿Por qué? Los sábados sólo lloran los deudos.
ResponderEliminarMe atarantan los tambores... Beso.
ResponderEliminarSalud.
La otra noche me acordé de ti cuando alguna vez posteaste algo sobre un camión en donde pasaban anunciando naranjas o piñas, algo así. Y te recordé porque frente de mi casa se paró una camioneta a vender elotes -somos la tierra del maíz, ¿qué si no íbamos a vender?- y estuvo duro y dale con su megáfono: Pásele señora, Pásele.lleve sus elotes de diente grande, picositos, con chile y limón. Acérquese, llévelos, llévelos. Si no los compra es porque no quiere -eso ese más que obvio, si no compras es porque no quieres, o sea- lleve sus elotes y esquites.
ResponderEliminarY así por más de media hora, los quise matar,, ¡Awww! No me dejaban escuchar nada.
Y ya.
Eran melones. ¡El melonero!. Horrible.
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