jueves, 22 de enero de 2015

Esto es personal.

Esto es personal, pero no voy a disculparme por sacar mis asuntos a pasear; nadie me conoce, a no ser una amiga de antes si me sigue leyendo, pero no sé. Tampoco sé si mis asuntos han de importar a alguien. De joven tuve una vida muy interesante con amores y desamores y algún que otro descuido de la María, pero serán temas a tratar en otro de soslayo y por capítulos.

El asunto personal que hoy me obliga a escribir es que en mi familia solo mi esposa cree en su Dios. Los demás, o sea, mis hijas y yo no. A no ser como exclamación o cuando las cosas se ponen jodidas de verdad. Por mí no, pero por mi esposa le pedí a su Dios un día que se pusiera de lado del oncólogo... Y lo hizo. De ahí que para mí las religiones con sus dioses sean sagradas. Todas. Aunque no crea en ningún dios.

De cualquier manera no sabría discernir, de plantearse la ocasión, entre una religión y una moral. Vivir la espiritualidad del presente aceptando todas las consecuencias incluido Rajoy. Que por qué saco a Rajoy a relucir, fácil, por su reforma judicial en lo que respecta a quitarles atribuciones a los jueces y dárselas a la policía... Creería (o rezaría) antes a un sargento de La Guardia Civil que a un dios cualquiera.

4 comentarios:

  1. No sé qué opinar. Tan sólo digo que los jueces son dioses cuando quieren ejercer SU justicia y son interpretes de la ley cuando es LA MÍA. En resumen, no me fío de ninguno. Besicos.

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  2. Vale que la justicia no es igual para todos pero es la justicia que tenemos... Separación de poderes, de eso hablo. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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  3. Por eso yo me inventé un dios que no es vengativo ni castiga. Con el que me enojo siempre que las cosas no salen como quiero. Él me mira de soslayo nomás esperando que se me pase el mal genio.

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