Litisexpensas.

Somos veletas. Lo digo convencido porque vivimos a expensas de los caprichos de los mercados dinerarios y otros intereses políticos... Las leyes son de conveniencia como el amor cuando no hay amor. Si hubiera un dios justo para rezarle rosario en mano... Vivimos un misterio imposible de descubrir. Nadie sabe ni contesta. Pero ya muchos y muchas se niegan a pagar los horrores por adelantado... Los desposeídos de sus trabajos, los dependientes, los niños, no me canso, los niños pasan hambre... Estuvimos a punto de declararnos culpables para que acabara tando dolor pero ya no. Ya no.

Porque no hay poeta con musa que quiera o sepa explicarnos qué hay de lo nuestro. No sabemos si el 14 acabó con nosotros... si estamos vivos o muertos... nadie sabe qué pasó en realidad con el 14. Por saber solo sabemos lo que nos cuentan acerca de los que pagan y cobran en negro, los que mienten, los que matan... Sabemos que pase lo que pase a ellos y ellas nada les pasará porque quienes interpretan las leyes están de su parte. Y si aparece una oveja negra lo destituyen o cambian las leyes...

Según me cuentan somos clandestinos en nuestra casa. Nos desahucian y luego la asaltamos, eso me cuentan. Somos los sintecho en nuestra casa. Los apátridas en nuestra patria. ¡Joder, dona, se mastica la corrupción y la injusticia!.

Pero qué se creen estos políticos de tres al cuarto... Se creen que esto no acabará nunca. Que la ilegalidad legalizada es la ley. Creen que seguirán viviendo desviados sin decencia a costa del Erario... Pronto se comerán todos sus trapos sucios. Claro. Actuaremos pese a quien pese, porque ya no nos quedan mejillas. Y porque hasta aquí llegamos... Ineficientes en sus obligaciones (¡discriminación positiva, ya!) que debieran ser acciones favorables al pueblo y no a sus únicos intereses. ¿Qué? Los ejemplos sobran.

Las motivos y las razones eran demostrables, y el culpable estaba ahí: Zapatero. Así fue que nos apretaron el cinturón, lo que no nos contaron fue la verdad... Recuerden.

Pero hay más y peor acerca de estos incompetentes, sí, hay más, quieren más, nos enteramos que ahora no se quieren ir... que les parece poco y quieren más... Lo que nos han robado no les llega y quieren más. Nuestros legales representantes quieren más. Como les cuento.

Duro es reconocer que tuvimos la ocasión de decir no y dijimos sí. Pero no es tarde. Nunca es tarde para recapacitar... máxime si aún nos queda un suspiro de cordura. Será lo que los votantes quieran que sea porque el voto es secreto. 

A veces recordar es morir... y otras vivir. Recuerden, aunque les cueste la vida.