lunes, 5 de enero de 2015

La cratividad de una y otro.

Una amiga que por cualquier cosa me grita... ¡Qué mujer!. Me grita y me insulta. Da conmigo, porque si diera con otro, con otro que no la quisiera... Está desbaratada. No tiene arreglo, por mucho que le diga la señorita psiquiatra que le saca el dinero. Si me hiciera caso no escribiría en el papel sus sentimientos que son vivencias que a nadie interesan. La vida de cada cual es muy triste y a no ser la de Cantiflas, Gila o Chaplin cuando actuaban... Uy, ¿actuar es interpretar? Si es lo mismo, ¿quién no interpreta su vida? Yo que vivo una experiencia diferente cada día con amores en cada sitio no saco a pasear mi intimidad pero interpreto realidades que son o no. ¿Y quién soy yo? Esto se complica...

Le digo, y no me canso, a mi amiga que escriba el día que le gustaría vivir (otro no) porque las personas desbaratadas por lo general son creativas. Y ella lo es. Es solo escucharla cada día con un nuevo insulto dedicado con todo cariño hacia mí... 

-Yo no soy creativa. ¿O lo soy?  
- Claro, mujer, solo con las "lindenzas" que me dedicas escribirías un libro...

No es porque yo lo diga y va a misa y se acabó, que también, pero entendidos en literatura opinan que todos los que estamos desbaratados somos creativos... Sí, mi amiga, yo también estoy desbaratado de la cabeza. Sin embargo, parámetros fijos sobre la creatividad nos hacen desconocer nuestra particular faceta creativa. Todo afijamiento contradice la creatividad. Esto se sigue complicando...

Solo recordar cuando éramos niños y escribíamos y pintábamos... ¡Qué hermoso!. El caso es que al correr los años asuntos inaplazables acorralan nuestra creatividad hasta el punto que la desestimaría hasta un juez de paz. Que ya es decir... 

Haríamos bien en reconsiderar nuestra vida y redescubrirnos. Dejar esos asuntos inaplazables para los domingos de ir a misa y cultivar nuestra creatividad. Sí. Quizá como propósito para este año 15 que apunta maneras. (No quiero dar pistas pero hoy es Noche de Reyes).

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