miércoles, 8 de enero de 2014

Es la palabra

Ayer razonaba con unas amigas acerca de la literatura y disentíamos en el fondo. Nos faltaba un buen café... lástima. La literatura es un arte que empleamos como medio de expresión de una lengua. Y tratamos de expresar lo que queremos de manera clara. Pero la literatura tiene un gran problema y no es otro que la palabra. No existe la composición literaria, solo palabras... palabras sobre palabras que dicen lo que quieren o lo que quien las lee interpreta. A veces un relato, un cuento chino, una carta de amor o simplemente la lista de la compra. Es la palabra.
  
La palabra no es lo que parece, no limita su alcance al campo lingüístico. Ni siquiera es lo que dicen ser. En su origen etimológico -el latín parábola- existe la indicación de contenido amplio, de acaparadora perspectiva: una función participativa en el fenómeno humano del contacto entre hablantes mediante vocablos audibles o escritos. La RAE dice de la palabra -entre otras acepciones-, que es la facultad de hablar. Pero la palabra es más. La palabra tiene su fondo científico en las ideas de la naturaleza del lenguaje más allá de los puros sonidos y grafías. Ahí radica su importancia, su utilidad, su sentido y su gravedad. La palabra es, o puede ser puro veneno. Todo depende del cuidado que cada cual quiera darle al relacionarla con el pensamiento y un sentido. El lenguaje lo invade y domina todo. Y no se conforma con un área ejemplarizante más o menos sencilla, la palabra es fundamental en la vida de las personas. Lo que ocurre con el lenguaje repercute en la sociedad de una u otra manera. La palabra es por naturaleza multifacética y motiva, se reviste así de una importancia que no es exclusivamente comunicativa, es indicadora de aspectos determinantes en cuanto a la vida del conglomerado que las expresiones humanas manifiestan. La palabra se oculta entre líneas, le gusta disimular, insinuar, es capaz de decir sin decir, es malintencionada y puede llegar a ser mortal. Aunque tiene la capacidad de volver a la vida a las personas de buen corazón que la sepan apreciar. Es la manera de decir, de usarla la que interesa al lector u oyente. Es la naturaleza objetiva de las formas de hablar como un campo vital, no simplemente de forma. La palabra cobra trascendencia llamativa de urgencia concreta, quizá de líder social. Su altivez y gallardía reclama atención por los elementos que desde el mismo se advierten en esta etapa del acontecer social porque es ética. La palabra es "ordeno y mando". El mal uso de la palabra puede acarrear perjuicios no solo formales, sino de contenido esencialmente morales y de manera universal, no especialmente relacionados con lo bueno y lo malo. La palabra repercute de manera clara en lo sociológico y filosófico de la vida, y más... mucho más si se considera que una realidad se relaciona con otra en la vida, "vidas paralelas". Porque la palabra también inventa vida. Es la vida misma, y en cualquier época. La palabra y el sentido que cada cual le quiera dar a través del propio lenguaje representan de una manera inequívoca armonía. El funcionamiento de los sentidos o la descomposición de los mismos... Es la palabra y sus maneras de decir. A propósito de decir, y pienso en quien no se haya sentido favorecida por una traducción fiel en un de soslayo a veces trasgresor: "Para dirigirme a las damas prefiero el italiano, para tratar con hombres el francés, y para hablar con Dios el español". Esta aclaración se la atribuye al rey Carlos I. Lo que quiero decir es que de soslayo solo habla con Dios cuando sueña, o sea, que escribe al amor en español, de ahí que a veces alguien dice que es poesía.

3 comentarios:

  1. Quisiera expresar con muchas palabras lo que he entendido sobre esto de las palabras y la literatura y si es verdad o mentira o prosa y poesía pero mucho me temo que no sabría explicarme. Admiro -nocierto- a la gente que de unas pocas palabras puede hablar y hablar por horas tratando de descifrar lo que estas dicen sin embargo me enredo y digo tantas incoherencias que -lo admito- me dejan en muy mala posición -si es que hubiese alguna- y no sabría de que manera salir del atolladero así pues que lo único que puedo decir después de leer tanto: "Oh pero que bien" y sino "Vaya que elocuencia" "Cuanta facilidad de palabra tiene este cuate" "Quisiera ser como el o ella" y así. Pero soy tan parca que tengo la facilidad de palabra de un tartamudo en discurso político y solo acierto a decir: "Te felicito" cuando no se que decir.

    Como ves tu hablas con dios cuando sueñas y yo hablo contigo cuando estoy despierta ¿Hay otra manera?

    Las palabras también sirven para distraernos como yo al escribir este choro mareador -sin animo de ofender- y tu al leerme y rascarte la cabeza diciendo:¿Que le pasa a esta?

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  2. Como ves... yo solo hablo contigo. Eres muy amable. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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